“Signo de tu presencia”
No te gustan los grandes ruidos.
No eres un dios espectacular.
Prefieres la suavidad de la brisa
o el susurro de ese amor
que se asienta en el corazón.
Tu palabra sigue siendo fuego,
pero tu silencio grita y quema,
y me llama a abrir los ojos
y a extender mis manos caídas
donde hay tantas heridas,
signos de tu amor que me busca
para ser signo de tu presencia.