“Confiando en mí”
Has confiado en mí, Señor,
has puesto en las manos
de mi vida una tarea,
y esperas mi respuesta
fiel e ilusionada.
Soy capaz de construir
y también de destruir;
capaz de amar y de odiar,
capaz de acariciar o golpear,
de aprovecharme o de servir
Y en el riesgo de esa libertad,
acogida o despreciada,
sigues confiando en mí.