“Abrazo de Dios”
Has venido a unir,
a rescatar lo que
parece perdido,
a salvarnos de nuestros
empeñados vacíos y
dolores absurdos
e innecesarios.
Has venido a prender
fuego de amor
que purifique
nuestras heridas,
a ofrecernos una paz
asentada en el corazón,
y hacer posible el deseo
de una fraternidad ansiada
y de una humanidad,
reencontrada y trabajada,
en el abrazo de Dios.