“Sé que me amas”
Gracias porque me tiendes
tu mano amiga.
Gracias porque en el silencio
de mi camino,
de ese camino que es sólo mío,
ese aparente silencio me adentra
en el misterio de mi existencia,
y vislumbro siempre el calor
de una respuesta que me acoge
y me sobrecoge,
hasta hacerme sentir que no estoy solo.
Gracias, Señor, porque sé
que tu vida acompaña a la mía,
y, aunque no lo entienda,
sé que me amas.