“En tu orden”
Suena tan mal, Señor,
eso de ser el último,
suena a perdedor.
Pero puedo cambiarlo,
y descubrir el deseo
de ser el primero, sí:
El primero en servir,
en tender mi mano;
el primero en amar,
en acercarme al otro
y en acariciar.
Porque es así en tu orden,
el ultimo para servirme
el primero para servir.