“Todo, Señor”
Todo, Señor,
como no darte todo
cuando tú lo has hecho.
Me has dado la vida,
la tuya y la mía,
y tu don se ha hecho
don en mí.
Vida regalada
para que regale vida.
Mano tendida
que acaricie con ternura
tanto desaliento,
empezando por el mío.
Todo en ti y desde ti.
Todo, Señor.