“Ayúdame a crecer”
Ayúdame a crecer, Señor,
que no me pare pensando
que ya tengo hecha la tarea;
que sienta ese anhelo
de descubrirme entero
y de descubrirte a ti,
con ese empeño del que
quiere alcanzar la meta
que todavía no ve,
como la cima de una montaña,
pero a la que hay que llegar,
aunque sea con pasos torpes,
esforzados y doloridos.
Ayúdame a crecer, Señor,
dejándote crecer en mí.