“Tu luz”
Tú puedes, Señor,
y también yo puedo;
porque sé que en mi interior
hay una fuerza de luz
que has encendido en mí
y que me empeño en ocultar;
tal vez porque me ciega
o porque me hace ver
más de lo que quisiera.
Pero hay luz disponible,
tu luz;
y con ella quiero verte,
con ella quiero ver.